Colombia: Nueva afectación por inundación a mayor escala en la subregión de La Mojana - Flash Update No. 1 (11/07/2024)

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Este documento fue elaborado por OCHA, con información suministrada por socios del Equipo Local de Coordinación (ELC) Córdoba, y otras contrapartes locales (Comités Municipales y Departamentales de Gestión del Riesgo de Desastres)

SITUACIÓN GENERAL

Desde el 21 de abril de 2024, las comunidades de la subregión de La Mojana han enfrentado fuertes lluvias que han afectado su vida diaria. Las filtraciones en la obra del Jarillón Cara de Gato, finalizada en febrero, incrementaron los niveles de agua en los caños y ciénagas. El 06 de mayo, el Jarillón se rompió nuevamente, seguido por la ruptura del Jarillón Los Arrastres el 08 de mayo. Estas rupturas, junto con la temporada de lluvias, han afectado a 38.854 personas (12.995 familias) en las comunidades de San Jacinto del Cauca (Bolívar), Guaranda, Sucre, Majagual, San Benito Abad, San Marcos, Caimito (Sucre) y Ayapel (Córdoba).

Este evento generado por variabilidad climática continúa exacerbando las necesidades humanitarias de las comunidades de La Mojana desde la emergencia de 2021. Se prevé que los niveles del agua para la emergencia de 2024 superen los 2.5 metros registrados en años anteriores, debido la erosión de las orillas del punto de Cara de Gato y la ruptura del otro Jarillón. Actualmente, hay una afectación del 20 por ciento de las comunidades que se podrían afectar en toda la subregión de La Mojana respecto al histórico de afectados, 166.000 personas. Si no se realizan acciones inmediatas para la contención del paso de agua, la afectación total podría aumentar en un 25 por ciento y afectaría a casi 34.000 personas a largo plazo en relación con el histórico, debido a la ruptura de dos puntos críticos. Este riesgo aumenta con el fenómeno de La Niña que se prevé tenga lugar entre agosto y octubre, lo que convierte este trimestre en un periodo crítico de la emergencia.

Es importante mencionar que se presenta una reducción del 16 por ciento en el número de personas afectadas en el primer mes en comparación con la emergencia de 2023, cuando se rompió el Jarillón Cara de Gato y el Río Cauca se desbordó en Los Arrastres. Esta disminución podría atribuirse a las acciones anticipatorias implementadas por municipios como Guaranda, que en febrero de 2024 inició la construcción del Jarillón de Los Arrastres, uno de los 14 puntos críticos del municipio por donde se desbordó el río en 2023. Esta acción ha logrado contener el 40 por ciento del agua que inundó las comunidades el año anterior. Si bien la cifra de personas afectadas de Guaranda es mayor este año (+27% vs. 2023), obedece a los cultivos, que son sus medios de vida y no a las viviendas que hasta la fecha no se encuentran inundadas.

Lo anterior representa un avance, considerando que tanto las viviendas como los cultivos sufrieron más daños en la emergencia anterior. No obstante, las afectaciones a los medios de vida cada año se exacerba a causa de la pérdida de capacidad hidráulica del suelo por la sedimentación residual de las inundaciones. Este escenario ha afectado la salud mental de los campesinos quiénes a pesar de su resiliencia cada vez tienen menos posibilidades de cultivar y tener animales para su supervivencia, produciendo un desplazamiento por desastres que agudiza la situación de vulnerabilidad de las comunidades.

Es importante mencionar que La Mojana es una red hídrica de ríos, caños y ciénagas que interconecta a todos los municipios, por lo tanto, las obras sobre el río Cauca pueden beneficiar a unas comunidades mientras afectan a otras. Por ello, desde el municipio de Guaranda se propone que en las salas de crisis se mapeen todos los puntos críticos de cada municipio para tomar decisiones conjuntas, prevenir y mitigar la afectación a todas las comunidades de La Mojana. Además, el municipio de Guaranda alertó al municipio de Caimito sobre los riesgos de inundación identificados para esa zona durante su Puesto de Mando Unificado (PMU) municipal, previniendo su inundación a corto y mediano plazo.

Otra de las afectaciones recurrentes que tienen no solo las comunidades sino las organizaciones humanitarias y de desarrollo, son las restricciones al acceso por las condiciones del ambiente físico que afecta la infraestructura vial, principalmente las vías terciarias y los puentes que colapsan por el paso de los Box Culvert bajo las mallas viales; dejando incomunicadas a las comunidades y restringiendo el acceso humanitario. En lo corrido del 2024, ha han reportado cinco restricciones al acceso humanitario por ambiente físico, afectando alrededor de siete comunidades y 500 personas de los municipios de Sucre (Sucre) y Ayapel (Córdoba). Asimismo, se han presentado bloqueos por parte de las comunidades sobre las vías para exigir acciones inmediatas por parte del Gobierno Nacional, afectando el paso de algunas organizaciones humanitarias.

Sumado a esto, las comunidades de la subregión de La Mojana enfrentan doble afectación por conflicto armado. Esto se debe a las dinámicas de control social y territorial que han surgido por su ubicación geográfica, la cual conecta el sur de Bolívar con el sur de Córdoba y los Montes de María; zonas que históricamente han sido afectadas por el accionar de los grupos armados no estatales. Durante el 2022, la subregión fue afectada por los paros armados de dos grupos armados no estatales que afectaron el acceso humanitario tanto hacia como desde las comunidades. Además, se reportaron amenazas e incineración de vehículos particulares en las vías que tenían alojamientos temporales improvisados (cambuches) instalados.

Una de las principales afectaciones que ha emergido para La Mojana es la minería ilegal, una problemática creciente en el territorio. La extracción ilegal de oro, en particular, utiliza métodos contaminantes como el uso de mercurio y cianuro, lo que contamina los cuerpos de agua y afecta gravemente la fauna y flora acuática. Además, las comunidades que dependen de estos recursos hídricos para su subsistencia también sufren las consecuencias, enfrentándose a problemas de salud pública por la exposición a estos químicos tóxicos. La minería ilegal también provoca una significativa deforestación, erosionando el suelo, aumentando la sedimentación y alterando el equilibrio ecológico de la subregión. Esta actividad ilegal es controlada por los grupos armados no estatales, agravando la situación de las comunidades locales y desplazando actividades económicas tradicionales como la pesca y la agricultura, que son vitales para la economía y la cultura de la subregión.